Continuamos viendo como los peques han ido consiguiendo sus llaves. Las siguientes fueron Laura y Samantha.
Laura llevaba mucho tiempo a puntito de conseguir su llave, pero se le resistía la A, que le salía un poquito abierta, como si fuera una H. Y la R también le salía un poquito regular. Así que practicó mucho, mucho... y lo consiguió.
Ese mismo día también lo consiguió Samantha. ¡¡Qué suerte!! ¡¡Dos llaves el mismo día!!, ya quedaba menos para tenerlas todas. Samantha ya hacía tiempo que escribía su nombre muy bien en sus trabajos, pero aún no se había atrevido a escribirlo en la pizarra de Peppa Pig ni en el Castillo de los 11 nombres porque decía que "era muy largo y no cabía", jejeje. Y claro, si no lo escribía en el Castillo era imposible que el dragón lo viese y le trajera la llave. Así que al fin ese día se atrevió y le salió muy pero que muy bien.
A la mañana siguiente, cuando llegaron al cole, empezaron a buscar su llave por todas partes: en su silla, en sus casilleros... y al final la encontraron escondidas dentro de sus cajitas de tapones. Muy contentas con su llave se dirigieron al Castillo para colocarlas.
Laura eligió la cerradura número 4 y Samantha la cerradura número 7. Las contamos todas y ya teníamos... ¡¡6 llaves!!
Ese mismo día Manu se quedó a nada de conseguir su llave también. La M le salía muy bien, pero al escribir la A y la N había veces que sin darse cuenta volvía a hacer la M, jeje. Y la U... le salía casi siembre del revés. Así que ese día no pudo ser, pero unos días después lo escribió tan bien que por fin pudo dejar su nombre en el Castillo a la espera de que el Dragón le trajera su esperada llave.
Al día siguiente, Manu buscó su llave y la encontró en su silla. Se puso contentísimo y fue al Castillo para ponerla en una de las cerraduras libres, eligió la número 1 y allí la colocó.
Con esta nueva llave ya sólo nos faltaban 4. ¡¡¡Qué pocas!!!
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